A poquito que te pones a rascar en la cuestión, el mito de Carmen ejerce casi tanta atracción como la que la propia cigarrera ejercía sobre los (pobrecitos) hombres.
Es un influjo tan tan poderoso no solo por lo sugerente del mismo sino por la encrucijada de problemáticas en la que se ubica: mirada colonial, sexualidad femenina como amenaza, estereotipación de la cultura gitana, silenciamiento del papel de las cigarreras en la lucha obrera…los hilos de los que tirar en el mantón de Carmen son infinitos, queridas. Pero a ello vamos:
