En esta situación de espanto en que vivimos -de espanto pausado para los que tenemos la suerte de podernos quedar en casa en unas condiciones relativamente cómodas, pero de espanto al fin y al cabo- los balcones y ventanas se han vuelto otra cosa. Asomarse ya no es solo asomarse: una busca más que aireSigue leyendo «¡Ay, campaneras! #3 Asómate a la ventana»